Pasándose por el ARCO del triunfo TODITITA la historia de
México, el flamante gobernador constitucional del Estado de Nayarit, Roberto
SANDOVAL, no tiene PELOS en la LENGUA para declararse GUDALUPANO, creyente en
DIOS y ya entrado en materia, listo para convertirse en un nuevo MÁRTIR de SU
CRUZADA, que ya comienza a oler a CRISTERA.
Habíamos visto los nayaritas demostraciones de FERVOR
religioso en Antonio ECHEVARRÍA, en NEY González y en otros en el pasado más
remoto, pero NUNCA una manifestación tan CLARAMENTE abierta de una ALIANZA
política entre la Iglesia Católica y el GOBIERNO de Nayarit. Desde los tiempos
en que MAL gobernaba este país el destacadísimo PRIISTA Carlos SALINAS de
Gortari ya se comenzaba a sentir en el ambiente que la época de los gobiernos
NEOLIBERALES terminaría por SEPULTAR la política de SEPARACIÓN de la Iglesia y
el Estado, característica del Estado mexicano desde los tiempos de las Leyes de
Reforma y las transformaciones institucionales a que dio lugar el JUARISMO en
la vida nacional.
Roberto SANDOVAL
declaró, sin ambages en diarios de circulación local, de acuerdo a una nota
firmada por el periodista Mario Luna: “la Virgen de Guadalupe, me guía y me
cuida a diario y seguiré reconociendo en todo momento que estoy parado aquí
gracias a la Virgen de Guadalupe y a Dios”. http://www.genteypoder.org/PDF/20121128.pdf)
Ante semejante aseveración, digna de un CRUZADO dispuesto al
sacrificio, sólo me gustaría saber a qué HORA de qué DÍA la Virgen de Guadalupe y Dios sacaron su
CREDENCIAL de elector, porque es sabido que las elecciones se ganan con VOTOS y
Roberto SANDOVAL es gobernador constitucional, se SUPONE, gracias al voto
CIUDADANO.
El señor gobernador tiene derecho, sin duda, de profesar la
religión que mejor le ajuste a SUS NECESIDADES y a su GUSTO, pero declarar que
él es gobernador GRACIAS a DIOS y NO por el voto ciudadano, constituye una
declaración INSENSIBLE y hasta MAJADERA, no sólo con el electorado que VOTÓ
´por él, sino con la HISTORIA de México, misma que, al menos en TRES episodios,
la GUERRA de REFORMA, la Intervención
Francesa y la GUERRA CRISTERA, costó SANGRE y SUFRIMIENTO al pueblo de México.
Por supuesto que la declaración de FE religiosa del señor
gobernador, expresa algo más que una simple DEVOCIÓN religiosa, que en todo
caso es RESPETABLE; la declaración manifiesta una CLARA relación POLÍTICA entre
el gobierno de Nayarit y la Iglesia Católica que se PALPA en las declaraciones
vertidas por el OBISPO de la Diócesis de Tepic, quien ha tenido expresiones de
HALAGO al actual titular del Poder Ejecutivo del estado.
En un CLIMA de alta CONFUSIÓN y de abierto avance de la
ULTRADERECHA católica, no es extraño que la ALTA JERARQUÍA de la Iglesia
Católica se lance en pos de una nueva relación Iglesia-Estado e intente
RECUPERAR el terreno PERDIDO a lo largo de UN siglo en materia de INJERENCIA en
los asuntos del ESTADO.
Tal vez Roberto SANDOVAL lo ignore, pero el principio de
LAICIDAD se instituyó porque era NECESARIO en un país en el que la INTOLERANCIA
religiosa y los ánimos de PODER de la ALTA JERARQUÍA eclesiástica constituían
un maridaje que IMPEDÍA la convivencia CIVILIZADA entre CREYENTES de cualquier
religión y NO CREYENTES. El laicismo fue pensado como FÓRMULA para la
CONVIVENCIA y no, como sus DETRACTORES lo señalaban, para reprimir a los
católicos, quienes son la MAYORÍA del pueblo de México y merecen RESPETO en sus
creencias.
Digo que el gobernador de Nayarit ha TRASPASADO los límites
de una simple manifestación de religiosidad particular para avanzar, como lo
señalé por el camino de una ALIANZA POLÍTICA CON EL ALTO CLERO y francamente
esas son palabras mayores. Ojalá los OTROS PODERES, el Judicial y el
Legislativo, SI es que EXISTEN en Nayarit, alcancen ENMENDAR el gravísimo
DESACIERTO.