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LOPEZ OBRADOR

Las CUENTAS ALEGRES del PRI NO está el HORNO para BOLLOS 2012, NO es 2006


Claro, para quienes ven la historia como un proceso LINEAL, sin CHOQUES, ni CONTRADICCIONES sociales que estallan por NO encontrar salidas, la IMPOSICIÓN del candidato del PRI-TELEVISA Enrique Peña Nieto, será cuestión de tiempo, de esperar pacientemente la hora de la ceremonia oficial en que Felipe Calderón le colocará la BANDA presidencial y de ahí, listo, a DESPACHAR en Los Pinos. Si así sucedió en 1988, cuando se “cayó el sistema” y la OLIGARQUÍA impuso a Salinas de Gortari y en 2006, cuando Calderón se trepó en la Presidencia de México “haiga sido, como haiga sido”, pues la “lógica” señala que así volverá a ser. Habrá que esperar solamente a que los “revoltosos” en número cada vez menor, se cansen de hacer MARCHAS y manifestaciones y a que las cúpulas de los partidos que apoyaron la candidatura de Andrés Manuel se dispongan a “NEGOCIAR”, como buena “IZQUIERDA MODERNA” que son y se acabó. Ya lo dijo Graco RAMÍREZ gobernador electo del estado de Morelos e izquierdista con “ideas modernas”: “nos vemos en 2018, para ganar la presidencia con Ebrard”, porque, él, -remató- NO iba seguir en “otro CAPRICHO” a López Obrador…
Se trataría, entonces, de aplicar la fórmula que en ocasiones similares ha funcionado y seguro tendrá efectos positivos otra vez en esta nueva IMPOSICIÓN. Junto a esto, desde luego habrá una intensa CAMPAÑA mediática encabezada por el DUETO Televisa-TV Azteca y secundada por poderosos medios de prensa (Milenio, El Universal) y cadenas radiofónicas, que actuarán en plena SINTONÍA para DESCALIFICAR la PROTESTA y encaminarla hacia la CRIMINALIZACIÓN, es decir, preparando el terreno para la REPRESIÓN. En el CINISMO de las declaraciones de Jesús MURILLO Karam, Pedro JOAQUÍN Coldwell y del propio Luis VIDEGARAY, tres de los personajes más cercanos a Peña Nieto, se adivina la misma seguridad en la eficacia de la fórmula. El PRI, entonces, hace CUENTAS ALEGRES, se asegura de aplicar los ingredientes que funcionaron anteriormente y se dispone a esperar el momento del cambio de estafeta presidencial, luego vendrán SEIS años en los que Peña Nieto “felizmente gobernará”, así como en una TELENOVELA. Fácil, ¿no?
El PRI, por supuesto, eso se ve desde lejos, NO entiende lo que está sucediendo en el país. SUPONE que 2012, es 2006 y eso podría ser un enorme ERROR de cálculo, porque, ciertamente las condiciones de México, por mucho, son DISTINTAS a las que hubo en el pasado y no me refiero a los cambios que suceden rutinariamente al paso del tiempo, no, me estoy refiriendo a la situación EXPLOSIVA en términos de las CONTRADICCIONES acumuladas a lo largo de seis FATÍDICOS años del gobierno calderonista, de una GUERRA que contabilizó 60 MIL muertos y de la profundización de la DESCOMPOSICIÓN social a que empujaron las políticas NEOLIBERALES de las últimas décadas. Es un ERROR de cálculo creer que este país AGUANTA, como si nada, OTRA imposición y OTROS seis años de LO MISMO y conste que ello rebasa los límites de una PROTESTA poselectoral. Quienes, confianzudos, apuestan a que los “revoltosos” son “un puñito” porque NO se vuelcan en MILLONES a las marchas y las manifestaciones, cometen un DESACIERTO.
Una GUERRA que Peña Nieto NO tendrá más remedio que CONTINUAR, al igual que el resto de las medidas de política económica y las llamadas “REFORMAS ESTRUCTURALES” derivarán en un mayor MALESTAR social y en la RADICALIZACIÓN de las posturas de quienes, contados en MILLONES de mexicanos, NO ven el día y la manera de encontrar una SALIDA ELECTORAL a su DESESPERACIÓN. Lo anterior sin contar el LARGO recorrido entre el día que las “autoridades” electorales declaren que “no hay razones legales para ANULAR la elección presidencial” y el día de la ceremonia de transmisión de poderes.
Al CALOR de la protesta poselectoral está teniendo lugar una convergencia de sectores sociales que tienen un RECLAMO concreto o una larga lista de reclamos que simplemente NO encuentran RESPUESTA. Con un poco de sensibilidad y capacidad de observación es posible constatar que la situación actual de México NO se parece a la de 2006. Por supuesto el lugar MENOS indicado para entenderlo es el PRI.